La industria cerámica italiana está atenta a las decisiones que se tomen en Europa, ya que estas tendrán un impacto significativo en su competitividad. Al finalizar 2024, se espera un leve incremento en los volúmenes de ventas, estimado en un 1,9%, alcanzando así los 376 millones de metros cuadrados. Según el informe de la Confederación General de la Industria Italiana (Confindustria), las exportaciones han crecido a 291 millones de metros cuadrados, lo que representa un aumento del 2,4%. En el mercado interno, las ventas se acercan a los 85 millones de metros cuadrados, con un crecimiento más modesto del 0,3%.
El análisis también resalta una recuperación en las ventas hacia América del Norte y Asia, a pesar de que los mercados europeos se encuentran en un estado de estancamiento. Sin embargo, se prevé que la producción total sufra una caída del 2%.
En cuanto a la situación del sector, el presidente de Confindustria, Augusto Ciarrocchi, subrayó la importancia de los factores externos que influirán en la competitividad del sector en 2025. «Las decisiones que se tomen en Europa en los próximos meses serán cruciales para nuestras empresas. Por eso, solicitamos el apoyo de todas las instituciones, tanto nacionales como europeas», afirmó.
Italia pide una revisión al sistema de la UE
Ciarrocchi también hizo hincapié en la necesidad de revisar el sistema de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea. Criticó cómo la especulación está desviando recursos de la economía real hacia el ámbito financiero, y cómo la falta de alternativas tecnológicas convierte la compra de cuotas de dióxido de carbono (CO2) en una carga adicional para la producción.
Además, la organización está observando con preocupación las nuevas regulaciones que definirán las mejores técnicas disponibles en el sector, conocidas como BREF Cerámica. Consideran que los límites propuestos son irrealmente bajos y que cumplir con ellos podría ser prácticamente imposible, ya que no se ha realizado una evaluación económica que respalde su viabilidad.
«Apoyamos una descarbonización que sea realista y se ajuste a las tecnologías que realmente tenemos a nuestra disposición. No podemos seguir penalizando a una industria que, gracias a las inversiones realizadas a lo largo de los años, ya ha comenzado a reducir sus emisiones de manera significativa en comparación con otros países», argumentan