México, Vietnam e Indonesia estrechan el cerco al azulejo indio

La ofensiva contra el azulejo indio gana fuerza en varios continentes. Tras una década de expansión gracias a precios muy bajos, los grandes exportadores de la India empiezan a toparse con barreras. México, Vietnam e Indonesia han iniciado investigaciones por posible dumping, siguiendo la estela de la Unión Europea, que ya aplicó aranceles en 2023 a instancias de fabricantes españoles e italianos.

En el caso de México, la Secretaría de Economía admitió a trámite el 13 de agosto la denuncia presentada por Porcelanite Lamosa, Cesantoni y Nitropiso. Las firmas sostienen que entre 2022 y 2024 el azulejo indio se vendió en el país a precios desleales, lo que habría dañado a la industria local. La denuncia no es un asunto menor en Castellón: Lamosa es propietaria de Baldocer y Roca Tiles.

En Asia, la situación es similar. El Ministerio de Industria y Comercio de Vietnam analiza aplicar tasas a petición de nueve empresas locales, mientras que en Indonesia la patronal denuncia que las importaciones de India han crecido más de un 130 % en apenas dos años. Buena parte de esas ventas son desvíos de cargamentos que antes tenían como destino Estados Unidos.

El contexto internacional tampoco ayuda. La política arancelaria de la Administración Trump está alterando los flujos comerciales y empujando a India a buscar nuevos mercados. México teme convertirse en el refugio natural de ese excedente si Washington aplica finalmente un gravamen del 50 % al producto indio.

A pesar de todo, los primeros signos de enfriamiento ya se notan. Según la patronal italiana de maquinaria cerámica, Acimac, en 2024 las exportaciones indias bajaron por primera vez en diez años. “Los productores están levantando el pie del acelerador para evitar más denuncias ante la OMC”, explican fuentes del sector azulejero castellonense.

Sin embargo, en Europa el efecto sigue siendo insuficiente. En el primer semestre de 2025, las ventas indias a la UE cayeron un 6 % respecto al mismo periodo de 2024, pero siguen rondando los 137 millones de euros. Un volumen que pesa, y mucho, sobre los fabricantes de Castellón, incapaces de recuperar terreno en mercados clave como Francia, Italia o Alemania.

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