La cerámica española apuesta por el hidrógeno verde

El sector cerámico español continúa su transformación hacia modelos de producción más sostenibles. Desde 2005, ha logrado recortar más de un 42% de sus emisiones de dióxido de carbono, una cifra que, más allá del dato, refleja el esfuerzo real de una industria que quiere reinventarse sin perder su esencia.

Uno de los principales impulsores de este cambio es el proyecto H2frit, coordinado por la Asociación Nacional de Fabricantes de Fritas, Esmaltes y Colores Cerámicos (ANFFECC). Se trata de una iniciativa que explora un camino ambicioso: sustituir el gas natural —fuente habitual de energía en la fusión de fritas cerámicas— por hidrógeno verde, una energía limpia y sin emisiones.

Durante una jornada técnica celebrada en las instalaciones de Esmalglass, en la provincia de Castellón, ANFFECC presentó los avances del proyecto. En el centro del acto: un horno piloto alimentado exclusivamente con hidrógeno. Las pruebas ya realizadas muestran que es posible fundir fritas usando únicamente esta energía, sin comprometer la calidad del producto ni la estabilidad del proceso. No es un experimento aislado, es un cambio de rumbo. Un cambio de rumbo con visión de futuro.

Con una inversión total de 2,2 millones de euros y el apoyo de la Conselleria de Industria dentro de su línea de impulso a proyectos estratégicos, H2frit entra ahora en su tercer año. Los primeros resultados no solo son positivos a nivel técnico, también están generando interés fuera de nuestras fronteras: el proyecto ha sido premiado con el RENMAD 2025 a la Innovación en Hidrógeno y ha sido presentado en encuentros internacionales como la World Hydrogen Week en Copenhague o el Congreso Nacional de Hidrógeno en Madrid.

Fernando Fabra, presidente de ANFFECC, fue claro durante su intervención: “H2frit demuestra que la industria puede anticiparse y avanzar hacia la descarbonización. Pero para que este cambio sea viable a gran escala necesitamos tres cosas: garantías de suministro, un marco regulatorio estable y precios competitivos”. Porque no se trata solo de innovar, sino de hacerlo de forma realista, con un entorno que acompañe.

Durante la jornada se proyectó un vídeo explicativo y se pudo visitar en persona el horno experimental. El ambiente, aunque técnico, fue también optimista: todos los presentes coincidieron en que la transición energética del sector cerámico no es una moda, es una necesidad.

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