Tras doce meses consecutivos de crecimiento, la producción cerámica en Castellón ha sufrido su primer revés. Según datos del Institut Valencià d’Estadística, el mes de junio cerró con una caída interanual del 3,4 %, una cifra que rompe la tendencia positiva iniciada hace justo un año y que genera cierta inquietud en el clúster cerámico provincial.

Las causas, explican fuentes del sector, están claras: la amenaza de los nuevos aranceles estadounidenses y el estancamiento de las ventas en mercados clave como Francia han hecho mella. “Sabíamos que el ritmo no era sostenible eternamente, pero este frenazo llega en un momento delicado”, señalan desde una empresa azulejera de la Plana.
El consumo de gas —uno de los indicadores que el sector mira con lupa— ya anticipaba un posible parón al cierre del primer semestre. Y, aunque en mayo se registró un pico de exportaciones hacia EE. UU. por el efecto anticipado del arancel del 15 % que entra en vigor este agosto, el mercado internacional sigue marcado por la volatilidad.
Pese a todo, el balance semestral se mantiene en positivo, con un crecimiento acumulado del 4,7 %. La duda ahora es si este tropiezo será pasajero o el inicio de una nueva etapa de ajuste. Con el otoño a la vista, las empresas cerámicas trabajan a contrarreloj para adaptarse a un panorama cada vez más competitivo.